Enamorado de la botella

Cada vez que leo algo sobre las andanzas del expresidente del gobierno, Aznar, se me cae la cara de vergüenza. Por un lado va diciendo que le dejen en paz -curiosa palabra en boca de quien se metió en la guerra de Irak contra el deseo del pueblo- pero por otro no pierde ocasión de atacar al gobierno actual aunque al hacerlo ponga en evidencia su estupidez y falta de escrúpulos. La última han sido sus declaraciones en Valladolid durante el acto en el que recibió la distinción de Bodeguero de Honor de la Academia del Vino de Castilla y León.

Esta vez tuvo el mal gusto de hacer burla de la campaña del gobierno para que los conductores no se sienten al volante con una copa de más. Con ello quedó patente, una vez más, que es un irresponsable y que sólo le interesa la publicidad de su persona -lo importante es que hablen de uno aunque hablen bien- y el poder. No tuvo bastante con aliarse con Bush en la guerra de Irak si no que además mintió en el atentado del 11 M intentando dar la culpa a ETA para ganar las elecciones. Incluso se permitió llamar personalmente a la prensa para decirles que había sido ETA, un detalle antidemocrático y típico de república bananera. La guerra de Irak la utilizó para 'codearse' con Bush, amistad de la que presume porque no se da cuenta de que es ponerse a la altura del betún.

¿Nos merecemos un gobierno del partido al que pertenece?