Tete Montoliu

La noticia de que el Festival de Jazz de la ciudad de Terrassa es el primero en recordar al pianista de jazz barcelonés Tete Montoliu en el décimo aniversario de su muerte ha despertado mis recuerdos y admiración sobre él.

Siempre recordaré la primera vez que asistí a una de sus actuaciones. Era a pricipios de los años 50. En el Teatro Calderón de Barcelona organizaban los domingos conciertos matinales de jazz para promover este tipo de música entre la juventud. En ellos actuaban jóvenes aficionados que empezaban a destacar y de final siempre actuaba un profesional español ya consagrado. El amigo Corachán hizo su primera actuación en público tocando la trompeta y el bloque de amigos casi nos rompemos las manos de tanto aplaudir. Y como cierre de la sesión actuó el pianista barcelonés Tete Montoliu.

Tete fue un niño prodigio pues a los cuatro años ya tocaba con notable precisión los primeros compases de pequeñas piezas clásicas, realizó un curso de música en la Escuela de Ciegos de Barcelona y posteriormente cursó estudios en el Conservatorio Superior de Música de la Ciudad Condal, iniciándose en el jazz atraído por la escucha, paciente y entusiasmada de otro gran pianista ciego, el maestro, Art Tatum.

Tete salió a escena acompañado ya que era ciego de nacimiento, detalle que entonces ignorábamos, lo cual creó un ambiente de expectación inusitado. A partir de los primeros compases de una melodía por todos conocida el público se entusiasmó y aplaudió toda su actuación sin cesar.

Un matinal inolvidable.