18.5.10

Cualquier tiempo pasado fue mejor?



Extraído de la hemeroeca del diario La Vanguardia de Barcelona y publicado hoy.

LA FINAL DE COPA DE 1970

Un Camp Nou movilizado por el 'Caudillo'

Excepcionales medidas de seguridad garantizaron un Estadi rendido a Franco en la última final de Copa, hace 40 años


XAVIER G. LUQUE | Barcelona | 18/05/2010 |
Entre diversos sectores ciudadanos y políticos de la ciudad se han captado comentarios sobre el partido del domingo día 28, donde se jugará la final de Copa de SE el Jefe del Estado. Estos rumores y comentarios se centran en que dicha jornada futbolística puede encerrar algún acto disonante con la asistencia del Generalísimo; sobre tal temor se hacen conjeturas, y la forma de conseguir que tal hecho no se produzca".
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En 1970, Franco realizó su último viaje oficial a Catalunya. Un nuevo tramo de autopista (de Cardedeu hasta Maçanet) o la conexión de Diagonal hasta Sagrera de una línea de metro fueron algunas de las inauguraciones realizadas. Pero la gran preocupación de los servicios secretos fue el mayor acto de masas programado: la presencia del Caudillo en la final de Copa del Camp Nou, el domingo 28 de junio. La última final de Copa que se ha jugado en el estadio del Barça hasta la fecha.

Los responsables de seguridad valoraron que el Real Madrid llegaba a la final (contra el Valencia) después de eliminar al Barça gracias al inconcebible penalti que Guruceta señaló en el Camp Nou. Era una humillación ver al mismo Madrid celebrar la victoria en el mismo estadio del que salió en medio de un monumental escándalo.

El objetivo era rodear a Franco de incondicionales. Impedir cualquier asomo de protesta, cualquier pancarta de tono negativo para la autoridad, ya fuera la del árbitro como la de quien iba a presidir la final.

"El Camp Nou estaba movilizado, no podía pasar nada y no pasó", recuerda el presidente azulgrana, Agustí Montal, entonces un joven de 36 años que apenas llevaba seis meses en el cargo. "Garicano Goñi (ministro de Gobernación) en persona estuvo días antes en el Camp Nou para revisarlo todo". El gobernador civil, Tomás Pelayo Ros, estaba sobre aviso: "Todo tiene que ir como la seda", le había advertido Garicano.

Semanas antes, poco después del caso Guruceta, Montal recibió una llamada nocturna a su domicilio para que se presentara en el despacho del capitán general de Catalunya, Alfonso Pérez Viñeta. "De esta no salimos bien parados", le avanzó a su esposa. Pero Montal quedó sorprendido al ser felicitado por el alto cargo militar: "Menos mal que actuó de manera tan valiente (al quedarse en el palco durante la invasión de campo), porque ese animal de bellota de Guruceta casi nos arruina la venida del Caudillo", le dijo.

La esperada visita se produjo, pero antes un informe confidencial del servicio de información militar (SIM) del Alto Estado Mayor lanzó la alerta. Se trataba de impedir cualquier incidente que empañara la fiesta. Después de exponer el problema, el informe proponía cinco medidas. La primera consistía en "que la federación invite a todos los hinchas del Real Madrid y los traiga con todo pagado, cosa que se puede realizar de forma solapada a través del club". La segunda era "que se haga lo propio con los seguidores del Valencia". Las tres siguientes, las que finalmente se aprobaron, indicaban cómo conseguir que una mayoría abrumadora de asistentes al partido fueran incondicionales del régimen. Se trataba de repartir "todas las localidades que rodeen el palco de SE a través del Gobierno Civil y Jefatura Provincial del Movimiento". Y especificaba que había que controlar las partes "superior, inferior, laterales y frente" del palco presidencial. También proponía que "el mayor número de entradas" se repartiera a través de los ayuntamientos para que llegaran a manos "de los que se desplazaron para recibir a SE". Y además que "el número de entradas a la venta sea muy limitado" y "que existan otras salteadas, de grupos de personas que puedan en un momento determinado contrarrestar cualquier intento de oposición o alboroto".

Pero el informe del SIM no sólo temía algún tipo de protesta, aunque fuera aislada, sino también todo lo contrario: la ausencia de público, por la frustración de ver al Madrid triunfando en el Camp Nou, la coincidencia de la fecha del partido con la verbena de San Pedro "y por retransmitirse por televisión". Planos detallados del Camp Nou llegaron a diversas instituciones civiles y militares, como explican Enric Canals y Ramon Perelló en Sota control, activitats contra el règim. (Planeta, 1996). Agentes de seguridad oficialmente fuera de servicio se diseminaron por las gradas y se repartieron entradas de forma gratuita a través de la policía, la federación, la Guardia Civil, el Gobierno Civil...

Aunque no consta entre las medidas propuestas por el SIM, cabe pensar que la inesperada ausencia del presidente blanco, Santiago Bernabeu, fue aconsejada. No sólo por el caso Guruceta, sino también por sus todavía cercanas declaraciones a Murcia Deportiva: "Quiero y admiro a Catalunya, a pesar de los catalanes". Bernabeu nunca se retractó, pero el semanario fue expedientado.

Alguna pancarta entre la afición valencianista (aludiendo al Madrid como "Real Penalty") y algunos gritos de "Guruceta" fueron incontrolables, aunque en general el público apoyó de forma mayoritaria al Madrid, que jugó de blanco y se impuso por 3-1.