1.11.05

En Holanda esto no pasa…

Durante más de 30 años he vivido en Holanda la crítica de este país sobre lo que ocurre en el resto del mundo. En cuestiones políticas siempre destacaba su libertad y tolerancia. En cuestiones técnicas su eficiencia y alto desarrollo tecnológico. Económicamente no hablemos. Un país tan pequeño está entre los más ricos del mundo y presume de poca corrupción en comparación con otros países de su nivel. Incluso en lo deportivo se enorgullece que con sus 18 millones de habitantes consiga prestaciones que dan envidia a las ‘grandes potencias’



Pero en los últimos años parece como si algo estuviera cambiando. Hoy se conmemora en Holanda el asesinato del cineasta Theo van Gogh a manos de integristas islámicos. Por segunda vez, la primera fue el asesinato del político populista Pim Fortuyn a manos de un holandés, este país se vio sorprendido por un hecho que durante años se creía poco menos que imposible que se pudiera dar en el país de la libertad de expresión y de la tolerancia



Theo van Gogh dirigió la película Submission cuyo guión escribió Ayaan Hirsi Ali. Ayaan nació en Somalia, tiene la nacionalidad holandesa, milita en el partido liberal holandés VVD y lucha por los derechos de las mujeres musulmanas. Recientemente la Associació de Dones per la Llibertat i la Democràcia le ha otorgado el premio LLibertat.
La película mostraba una mujer desnuda y sobre su cuerpo se proyectaban frases del Corán que discriminan las mujeres. Para los integristas esto fue una provocación y el cineasta pagó los platos rotos.

Ayaan tuvo que abandonar el país en un avión militar cuando supo que los integristas habían descubierto su refugio secreto. Actualmente vive otra vez en su casa en Holanda pero protegida por varios guardaespaldas. Tiene proyectado hacer 11 películas más sobre el Corán y las mujeres y ha pedido protección para el nuevo director de cine ya que está rodando Submission 2.

En lo que a la corrupción se refiere últimamente aparecen casos que han dejado atónita a la opinión pública. Las empresas de construcción se llevan la palma como ha demostrado una comisión parlamentaria. Las empresas se ponen de acuerdo en el precio en las obras gubernamentales que salen a subasta y la corrupción de los funcionarios públicos es moneda corriente.



El último escándalo ha sido el incendio que se produjo hace unos días en la prisión provisional que se había habilitado recientemente en el aeropuerto de Schiphol y que ha costado la vida a 11 personas. Este suceso ha puesto al descubierto que la infraestructura y las medidas de seguridad eran deficientes y que el personal era insuficiente y mal preparado.

Espero que Holanda no tenga una viga en el ojo propio.

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