28.9.05

Prinsjesdag,
una tradición holandesa


En Holanda, el tercer martes de septiembre de cada año, conocido como Prinsjesdag o día de los príncipes, la reina pronuncia el Discurso de la Corona, Troonrede. Este discurso, escrito por el primer ministro, da a conocer las prioridades de la política gubernamental para el año siguiente. Acto seguido el ministro de finanzas hace entrega de una maletita, que se cae de vieja, en la que van depositados los presupuestos generales del estado.

Como buen país conservador y amante de las tradiciones el pueblo holandés suele ver con agrado como para esta ceremonia sale a relucir la carroza de oro que transporta a la reina hasta el edificio donde tiene lugar la lectura.



Desde hace poco el texto del discurso se cuela a los medios de comunicación con lo que el efecto ‘sorpresa’ ha desaparecido. Este año los comentarios de la prensa tras la lectura han sido bastante crueles como este titular: “Para la mayoría de los holandeses el discurso no se entiende”.

El resto de la semana tiene lugar en la segunda cámara un debate sobre los presupuestos. En una primera ronda cada partido da su opinión, formula preguntas al gobierno y eventualmente propone enmiendas. El primer ministro contesta a las preguntas y luego sigue una segunda tanda de peguntas.

Estos debates se emiten en directo por radio y televisión y es divertido poder ver como los partidos de la coalición gubernamental y los de la oposición se tiran del moño. En muchas fases de la discusión, sabiendo que se retransmite en directo, los diputados actúan de tal forma que más parece una representación teatral que un debate sobre los presupuestos del estado. Es evidente que todos quieren chupar cámara.



Este año al ministro de Salud Pública, Bienestar Social y Deporte, Hans Hoogevoorst, le salió el tiro por la culata. Durante la intervención del diputado del partido mayoritario de la oposición, Wouter Bos, en la que éste criticaba duramente el plan de reforma de la seguridad médica, el ministro se metió los dedos en la boca como si quisiera provocar el vómito. Las cámaras registraron este gesto y al día siguiente Hoogevoorst se vió obligado a pedir disculpas. Bos hizo broma diciendo que era una buena idea para el cartel de las próximas elecciones.

Otro tema que ha dado lugar a muchas críticas son los planes del gobierno para asegurar la capacidad adquisitiva. Un prominente holandés considera que los planes son insuficientes y manifestó que "hay más probabilidades de asegurarla en un casino".

Los que vivimos en este país seguiremos con expectación este guiñol político que alcanzará el punto culminante en las elecciones generales del próximo año.

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