16.12.05

Navidades en Holanda



En Holanda las fiestas navideñas suelen tener su inicio con la llegada de San Nicolás a los Países Bajos. Según la tradición este obispo turco reside en Madrid y se traslada a Holanda en barco de vapor. Es el equivalente a los Reyes Magos y el 6 de diciembre es el día de los regalos a los niños. Aunque es una fiesta de origen católico la celebra todo el mundo.

El santo llegar con algunas semanas de anticipación y cada noche los niños colocan un zapato en la sala de estar para que el santo les pongan algún pequeño regalo. San Nicolás suele ir montado sobre un caballo blanco y rodeado de una corte de pajes negros llamados Zwarte Pieten que llevan un saco de arpillera lleno de golosinas que van sembrando por doquier. Si van en cabalgata las golosinas vuelan como si fuera confeti.



Cuando hacía el programa de la televisión holandesa para españoles tuve ocasión de cubrir la llegada oficial en el puerto de La Haya y el pobre San Nicolás -la mayoría suelen llevar una copa de más, no se por qué- se pegó un morrón de espanto cuando su caballo resbaló por el asfalto mojado. En otra ocasión pude ver en Amsterdam una cabalgata de Zwarte Pieten que desfilaban montados en una Vespa. El progreso...



Durante el periodo que transcurre entre la llegada oficial y el 6 de diciembre las escuelas contratan a algún 'santo' y algún paje que van leyendo en un libro algo sobre cada niño y les hace un regalo previamente depositado por sus padres. Antes, durante y después de la visita los niños cantan las canciones tradicionales sobre San Nicolás. El alquiler de trajes va aumentando cada año. Evidentemente esta tradición ha caído en manos del comercio y cada vez anuncian los regalos con más anticipación. Creo que este aspecto es comparable al de los Reyes Magos en España.


A continuación la gente intercambia postales de Navidad, que cuelgan en algún lugar céntrico de la casa, arbolito o arbolazo, iluminado o no, según sea, dentro o fuera de casa. Parecido a la tradición española las calles se iluminan, las familias y amigos de visitan y el día de Navidad suele haber comilona que siempre es algo menos pantagruélica que en la península Ibérica.
Ultimamente en estas reuniones la gente intercambia regalos. Algunos católicos celebran la tradicional misa del gallo.

La noche vieja es otra historia. La gente suele estar en casa, con cena especial, y van degustando bebidas y unos buñuelos rellenos de pasas mientras esperan las 12 campanadas frente a la televisión. LLegado el momento hay la consabida ronda de besitos, felicitaciones y champagne, cava o sekt, y salen a la calle, que por estas latitudes suele estar helada o nevada, y los vecinos se desean lo mejor para el año entrante. Lo malo es que es el momento AUTORIZADO para los fuegos artificiales y sueltan truenos, tracas y cohetes a discreción. Muchas veces los vecinos hacen una peregrinación por las casas de su calle. Se toman unas copas y pasan a la siguiente, y así hasta que el cuerpo aguante.

Los juegos artificiales merecen punto y aparte ya que está prohibidísima la venta fuera de las fechas y lugares con licencia lo que ha dado lugar a desgracias terribles causadas por los comerciantes que quieren hacer el agosto con la venta ilegal y muchas veces les explota el material.

Otra costumbre cada vez más arraigada es la irse de vacaciones a algún país donde haga menos frío. Nosotros fuímos un año en Tunez y la verdad es que no fue ningún éxito así que solemos pasar la noche vieja en casa con algún matrimonio amigo, en plan tranquilo y muy, pero que muy abrigados cuando salimos a ver los juegos artificiales...

Que no nos pase nada!

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