Dios creó el mundo y Holanda los holandeses...

Unas semanas antes del referendum los sondeos ya indicaban que el NEE iba a ganar. Ante esta situación el gobierno holandés se apresuró a hacer una campaña sin precedentes en favor del SI. Se lanzaron a la calle sin corbata (alguno parecía que iba carnaval) para hablar con la gente, folleto en ristre y sonrisa en los labios. Además se gastaron un porrón de dinero en un programa especial de televisión donde se entrevistaba a gente influyente que era partidaria del SI.

A medida que los sondeos confirmaban la derrota los argumentos a favor del SI cada vez se hacían más crueles. Como los partidarios del NEE eran los partidos más progres los partidarios del SI los comparaban con el partido del francés Jean-Marie Le Pen. Cuando se supo que Francia había votado no llegaron a sugerir que había que llevar la contraria a los galos. Bastante pueril.

Para colomo, poco antes del referendum, el presidente del banco nacional holandés –partidario acérrimo del SI- tuvo el desliz de decir que cuando se implantó el euro se puso el florín holandés en paridad con el marco alemán, cuando los separaba un 11%, lo que representó una pérdida para todo el mundo. Los holandeses, que en esto de la pela superan con creces a judíos, escoceses y catalanes, pusieron el grito en el cielo. Esto dio incluso lugar a la creación de una plataforma que quiere poner un pleito al gobierno y exige les devuelva el dinero perdido en las cuentas de ahorro.

Cuando se dio a conocer el resultado definitivo no pude por menos de acordarme, salvando las distancias, de las últimas elecciones españolas.
Holanda cuenta con un gobierno de coalición, no mintieron y el presidente Balkenende es muy diferente a Aznar ya que lo apodan Harry Potter. Pero la sorpresa fue igual de mayúscula. Por un lado la participación fue muy superior a la esperada y la victoria del NEE muy superior a las predicciones.

Resumeniendo, el NEE es por un lado contra el ritmo acelerado de la construcción de Europa (más países, entre otros Turquía), la pérdida de autonomía en las decisiones y la pérdida de dinero (Holanda es el país que más aporta a la comunidad) y por otro ha puesto de manifiesto el abismo que separa a los políticos, teóricos representantes del pueblo, y los holandeses. Ha quedado claro que la gente empieza a estar harta de la arrogancia ‘regentesca’ del gobierno Balkenende II.

Creo sinceramente que, a estas horas, los votantes del NEE se han asustado de la repercusión que ha tenido su decisión en el resto de Europa.

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