3.6.05

Vuelva usted mañana


Durante muchos años los españoles hemos tenido que sufrir la burla de los extranjeros. Teníamos fama de poco trabajadores y de dejarlo todo para mañana. Nunca he podido entender en que basaban esta idea ya que los españoles, en general, somos muy trabajadores.
Otra cosa es la burocracia que desde tiempo inmemorial atenaza al país como explica muy bien el escritor Mariano José de Larra en su novela “Vuelva usted mañana”.

Por esto cuando llegué a Holanda me sorprendió la buena fama que tenían los trabajadores españoles en este país. La multinacional Philips de Eindhoven solo quería contratar españoles porque eran trabajadores y no creaban problemas. La empresa construyó una colonia para ellos con cocinero español e intérprete para que no se sintieran tan extraños lejos de sus hogares.
Hoog Ovens, los altos hornos holandeses de Beverwijk, hizo lo propio acomodando como vivienda un barco fuera de uso que bautizó como Ria Arosa en honor a la presencia mayoritaria de trabajadores procedentes de Galicia, región emigradora de toda la vida.

Durante mi primer año y haciendo de intérprete a algún compatriota me pude percatar de las diferencias culturales que nos separan de Holanda. Un día que fuímos a la oficina de correos para enviar un paquete certificado nuestro hombre puso un billete de 10 florines (200 pesetas de la época) por delante antes de indicar a que íbamos. La cara de sorpresa del funcionario de la ventanilla ya me dio la medida de que en Holanda esto no era corriente y tras varias insistencias y aclaraciones consiguió convencer al generoso de que no se aceptaban propinas. Parecía increíble que los funcionarios prestaran sus servicios sin necesidad de tener que dar propina.

La segunda sorpresa que tuve fue en una oficina laboral en la que para que te atendieran tenías que entrar en una cabina que estuviera libre. Una vez dentro comprobé que estabas separado del funcionario por un mostrador de pared a pared que no permitía pasar al interior. Si no había nadie pulsabas un timbre para avisar a los funcionarios. Ante mi asombro el timbre se disparó y no cesó de sonar hasta que se presentó un funcionario para atendernos previa desconexión del sonido. Genial! Lástima que no todas las oficinas del país cuenten con este sistema pues aquí, como en todas partes, también se cuecen habas sólo que en muchísima menos cantidad.

En España siguen las sátiras contra los funcionarios como la que me ha enviado una lectora asidua a quien agradezco su aportación. Podeís ver el vídeo apretando con el ratón sobre FUNCIONARIOS

Vótame



convocado por:
20minutos.es

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy bueno, el video no tiene desperdicio.
Que las feminas no se ofendan, en versión boy me parecería igual de genial.

saludos

XAVINO

11:09 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy buen testimonio sobre la emigarción. lo enlace en mi página sobre la emigración española en Eindhoven y otros sitios de Holanda.
Todo el blog es muy interesante, enhorabuena, buen trabajo.

Un abrazo.
Miguel Angel Luengo.

11:57 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home