Las estadísticas
No pasa día sin que los medios de comunicación nos atiborren a estadísticas. Si ha habido puente, para señalar que España es el país europeo con más muertos por accidente de circulación. Si es época de elecciones, para indicar las preferencias de los votantes. Si estamos disfrutando de la retransmisión de algún deporte por la televisión no paran de darnos datos sobre el porcentage de posesión de la pelota (fútbol) o en el tenis, horror, los porcentages de todos y cada uno de los golpes posibles que son muchos. Servicio, revés, voleas, etc. Se han pasado.
Recuerdo mi primera toma de contacto con las estadísticas. El profe nos puso como ejemplo:
”Si yo (él) tengo 2 coches y usted ninguno, tenemos de promedio 1 cada uno.”
Esto ya me soliviantó. Además de no poseer ningún coche encima la gente se creería que lo tenía. Quizás si el ejemplo hubiera sido al revés –yo 2 y él ninguno- las estadísticas me habrían caído mejor. Soy generoso.
El paso del tiempo no ha hecho más que demostrarme la falsedad de las estadísticas y su inutilidad para resolver problemas como pretenden. Para colmo es asignatura base en los estudios de profesiones tan importantes en el mundo actual como son la Economía, el Marketing o las Ciencias Políticas. Veamos su cacareada utilidad. Se sabe que la mayor parte de la humanidad muere de hambre. ¿Qué hacen los países ricos y desarrollados? Nada, pero presumen de que per cápita estamos mejor que no estábamos. Vaya consuelo para los que pasan hambre. Sabemos que España, desde hace muchísimos años, es el país europeo donde hay más muertos por accidentes de circulación. ¿Cuántos han de morir para que se intente resolver el problema?
Otro inconveniente es que se ha demostrado que en período de elecciones cuando se publica que un partido determinado va por delante la gente ya lo da por ganador. Esto influye de tal manera que cada partido, bien directamente si posee suficientes medios económicos, bien por los los medios de comunicación de las distintas corrientes políticas, realizan las encuestas con equipos propios cuyo resultado publican diariamente para influir a su parroquia y de paso al votante indeciso que suele tener la reacción humana de querer subirse al carro del vencedor.
En el otoño de mi vida me he aficionado al bridge, el juego de cartas más difícil. Suele decirse que es el ajedrez de los juegos de cartas. No es un juego basado en ciencia exacta si no en la de las probabilidades. Ay madre!
Estadísticamente se ha demostrado que con nueve cartas de un palo y sin la Dama hay más probablilidades de cazarla jugando As y Rey que probando el impase. Excuso deciros que cuando yo lo juego la estadística falla y la Dama no cae. ¿Será por mi aversión a las estadísticas?
Pero lo más curioso es la perfección que se logra en ciertas situaciones cuando todos sabemos que no hay nada perfecto. Las máquinas automáticas como las de venta de tabaco o de bebidas ¿verdad que alguna vez te han fallado y te has quedado sin producto y sin dinero? La perfección que han logrado es que nunca se da el caso al revés en el que además del producto te devuelven el dinero por error. Bueno si alguna vez te has encontrado una moneda es por descuido del primo que ha usado la máquina antes que tu. Pues esta estadística no se da a conocer. Deben temer que su publicación desanime al consumidor.
¿Estadísticas? Las odio.
Para ponerme de buen humor un chiste del humorista Eugenio:
- “En Londres, un hombre es atropellado cada 5 minutos”
- “Como debe estar el pobre, tu”
convocado por:
20minutos.es
1 Comments:
Una d'estadística i probabilitats matemàtiques: Quan surt un número guanyador a la loteria o la loto, la gent ja no el vol perquè no tornarà a sortir. Error, la probabilitat en el proper sorteig per aquell número és exactament la mateixa! el problema és que la probabilitat d'un número concret sempre és molt baixa!
Conclusió pràctica: La loteria sempre toca als altres!
una abraçada i al podi!
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