Humor filosófico
Como ya suponía mi lectura de verano ha tenido éxito y muchos de vosotros me habéis pedido más. Hoy trata sobre los argumentos que apelan a la autoridad que suelen ser de los más preferidos y que dicho en latín suena muy bien: ARGUMENTUM AD VERECUNDIAM.
Ted se encuentra a su amigo Al y le dice:
- Al! He oído decir que te has muerto!
- Me extraña -dice Al-. Como puedes ver, estoy bien vivo.
- Imposible -dice Ted-. La persona que me lo dijo es mucho más de fiar que tu.
- Me extraña -dice Al-. Como puedes ver, estoy bien vivo.
- Imposible -dice Ted-. La persona que me lo dijo es mucho más de fiar que tu.
En los argumentos por autoridad siempre está en juego a quien aceptamos como una autoridad legítima.
Un hombre entra en una tienda de animales y dice que quiere ver los loros. El dueño le enseña dos de los ejemplares más hermosos y le dice:
- Este vale 5.000 € y el otro 10.000.
- Vaya, que precios. ¿Qué hace el de 5.000?
- Puede cantar cualquier aria de Mozart.
- ¿Y el otro?
- Puede cantar todo el repertorio del Anillo de los Nibelungos de Wagner.
Al fondo tengo otro loro valorado en 30.000 euros.
- Caramba. ¿Y qué es lo que puede hacer?
- Que yo sepa, nada, pero los otros lo llaman 'Maestro'.
- Este vale 5.000 € y el otro 10.000.
- Vaya, que precios. ¿Qué hace el de 5.000?
- Puede cantar cualquier aria de Mozart.
- ¿Y el otro?
- Puede cantar todo el repertorio del Anillo de los Nibelungos de Wagner.
Al fondo tengo otro loro valorado en 30.000 euros.
- Caramba. ¿Y qué es lo que puede hacer?
- Que yo sepa, nada, pero los otros lo llaman 'Maestro'.
¿Os sigue gustando? A mi, sinceramente, el libro me ha entretenido más que la paliza de las olimpiadas
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