La ética de situación
En la década del 1960 se discutió la ética de situación. Sus defensores afirmaron que la respuesta ética que había que tener frente a una situación determinada dependía de la mezcla concreta de factores que se diesen en aquella situación. En un caso de infidelidad, por ejemplo, los expertos en ética de situación querrían saber, entre otras cosas, cuales son las circunstancias del matrimonio. Los que se oponían a esta ética de situación se mostraron indignados ya que intuían que este razonamiento se podía utilizar para justificar cualquier cosa que una persona quisiera hacer. Algunos de los que se oponían adoptaron una posición absolutista: la infidelidad siempre es un error, sean cuales sean las ciscunstancias.
Paradójicamente, a veces, ignorando los factores específicos de la situación es cuando creamos la oportunidad para que se den acciones interesadas.
Unos ladrones entran en un banco y obligan a clientes y personal a ponerse en fila contra la pared y empiezan a quitarles las carteras, los relojes y las joyas. Dos de los contables del banco forman parte de los que esperan su turno. El primer contable súbitamente pone una cosa en la mano del otro.
- ¿Qué es esto? -murmura el segundo contable.
El primer contable le susurra:
- Son los 50 dólares que te debía.
Unos ladrones entran en un banco y obligan a clientes y personal a ponerse en fila contra la pared y empiezan a quitarles las carteras, los relojes y las joyas. Dos de los contables del banco forman parte de los que esperan su turno. El primer contable súbitamente pone una cosa en la mano del otro.
- ¿Qué es esto? -murmura el segundo contable.
El primer contable le susurra:
- Son los 50 dólares que te debía.
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