14.2.06

Eustaquio, Ambrosio y Mambrú
contra el Estatut de Catalunya



Todos sabemos que Rajoy inició hace poco la recogida de firmas contra el Estatut. Una decisión muy en la línea de su partido, el PP, que aún no ha podido digerir la derrota sufrida en las últimas elecciones democráticas. En vez de asumirla y hacer una oposición leal y constructiva sólo se dedica a pensar como puede desprestigiar a Zapatero actual jefe de gobierno. Para ello vale todo.

Si el gobierno trata de negociar con ETA ponen el grito en el cielo y dicen que esto es traicionar a las víctimas del terrorismo. Se ve que sólo ven una solución: ojo por ojo y diente por diente. En una palabra: asesinarlos a todos. Si el nuevo Estatut presentado por Catalunya se lleva a trámite según las reglas democráticas de la actual constitución, se soliviantan y lo rechazan de plano por ser anticonstitucional. Luego dicen que se está llevando a cabo sin dialogar con ellos.
Por fín se les ocurre recoger firmas contra el Estatut de forma tan burda que me parece que les va a salir el tiro por la culata. Hasta Tejero propone un referendum.

Veamos. Testigos presenciales dan cuenta de que a las personas que preguntan para que es la recogida de firmas les dan explicaciones peregrinas como 'contra Barcelona' de la que ya di cuenta en mi blog 'La lección de un exilado'. La más corriente es 'contra Catalunya'. Rajoy aclaró en la prensa que el referendum era 'contra Zapatero' Una de mis lectoras explicaba en un comentario al blog de 'La Pantera Rosa' que la recogida de firmas por internet es una auténtica farsa, detalle que también ha denunciado algún periodista como Eva Hache en su programa de televisión de la Cuatro. En retransmisión directa entró en la web del PP y firmó, con cualquier documento de identidad, como Mariquita Pérez y Spiderman. Puede que con este sistema haya más firmantes que habitantes tiene el país.

Estamos a la espera de que firmen Eustaquio, el de las trompas, Ambrosio, el de la carabina...
¿Y Mambrú?

Mambrú se fue a la guerra
!qué dolor, qué dolor, qué pena!