Por fin alguien lúcido
Lo que más separa a los políticos de los españoles es la falta de modales"
Esta frase es de José Juan Toharia director de Metroscopia que ha sido entrevistado por Pedro Vallín del diaro La Vanguardia. Me ha parecido tan interesante que transcribo el texto completo a continuación.
"El director de Metroscopia, José Juan Toharia, era, al doblar el recodo de la crisis en la primavera de 2008, uno de los más fervientes defensores de que el optimismo no podía disiparse como un azucarillo en el agua. Ahora, muchos dirán que el país está en estado de abatimiento, sin embargo, no es exactamente así. Los estudios de opinión que maneja Toharia apuntan algo más complejo y, eso sí, un preocupante desapego ciudadano de los políticos y sus maneras.
¿Cómo se sienten los españoles ante la crisis? ¿Hay tensión? Nuestros estudios no indican tensión social, pero es más complicado porque las encuestas de opinión manifiestan eso, opiniones, no desvelan las pulsiones profundas. En todo caso, nuestros resultados están siendo un tanto desconcertantes.
¿Por qué desconcertantes? Verá, entre el 75% y el 80% de los encuestados cree que la situación es muy mala, y un 80% cree que falta mucho para tocar fondo. Esto parece indicar que un tono general de pesimismo ha cundido. Sin embargo, cuando las preguntas no son sobre la situación sino sobre la vida particular del encuestado, un 83% está satisfecho con la vida que lleva y un porcentaje muy similar dice encarar el futuro con optimismo.
¿…? Es más, un tercio de los encuestados dice estar muy ilusionado con un proyecto o idea. Más del 50% dice que la crisis no le afecta y de los que han reducido sus gastos, el 60% asegura que es por prevenir. De algún modo, la crisis aún no se ha hecho sentir. En parte porque tras 14 años de crecimiento, este país no es el de 1994, existe un nivel de prestaciones sociales que no existía.
Decía usted que si la crisis era larga y profunda habría consecuencias serias en el clima social. Pues parece que va a ser profunda y larga.
Pero no sabemos cuánto va a durar y ¿por qué habríamos de creer los vaticinios sobre la duración de la crisis de los mismos augures que no supieron advertir de que venía?
Nadie sabía lo que se avecinaba. Bueno, sí, sí que había quien lo sabía. En 2007, el 60% de los empresarios decía que no creía en el vaticinio de dos años de crecimiento sostenido que había hecho el presidente Zapatero.
Hay quienes han salido beneficiados. Los que tenemos empleo hemos conseguido un diferencial de mejora, por la caída de precios, lo que permite un mejor nivel de consumo.
Salvo por el endurecimiento de las condiciones de crédito. Sí, resulta que no hay crédito y esto es muy grave para los empresarios, porque dependen de créditos para tirar y esto puede provocar riesgos en cadena. Pero la causa de esta ausencia de crédito es el grado de endeudamiento de los bancos españoles en el extranjero: nuestra banca está endeudada fuera.
Y hay otra parte de la sociedad que es la que más sufre la crisis, los que, paradójicamente, en toda su vida laboral no habían conocido una crisis. La generación de la precariedad. Que ha descansado todos estos años en una cobertura social fuerte, basada en que los jóvenes no se emancipaban y mantenían un alto nivel de vida con sus ingresos por escasos que fueran.
Para irse, comparten piso o se emancipan para vivir en pareja.
Claro, también han cambiado las expectativas. Ya no son situarte, como antaño, que sabías que si entrabas en una empresa potente, tenías resuelta la vida. Eso ha desaparecido. En cierta medida, es positivo. En todo caso, esa es una de las carencias de nuestros políticos y economistas: no consideran el factor demográfico, es necesaria una mentalización y se echa en falta un mayor realismo demográfico.
¿Es la principal falta de nuestros políticos en esta tesitura? No hay liderazgo, esa es la carencia principal.
Sí, ya me lo habían dicho.
Es lo que representa Obama
Eso también. Habla claro, es un optimista desaforado, inteligente, razonable y respetuoso.
¿Respetuoso? ¿Es un activo político? Los buenos modales son muy importantes. Es lo que más separa a los españoles de los políticos. Precisamente ese es el gran activo del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Es un líder que no insulta, de ahí su tremenda popularidad. No descalifica. Fernando de los Ríos, que fue ministro de Justicia en 1931, dijo que en España "lo revolucionario es el respeto". Nunca insultó a nadie.
Eso era el talante.
Eso era el talante, pero eso tiene que ir acompañado de cosas tangibles. Los estudios nos dicen que un 60% de los españoles creen que el Gobierno improvisa, y eso genera desconfianza. La confianza en Zapatero está en el 33%, es grave, aunque la de Rajoy esté en el 19%. La gente necesita un líder que dé sensación de que sabe adónde va. Que hable claro.
¿Cree que los españoles tienen sensación de orfandad política? Tanto como orfandad no, pero sí la conciencia de que la clase política es poco lúcida. Y que se mueve por ocurrencias.
¿Y respecto a la crisis?
Eso es muy curioso. Verá, al ordenar de mayor a menor importancia a los culpables de la crisis, los españoles colocan en primer lugar a George Bush, tal cual. En segundo lugar al sistema bancario internacional, en tercer lugar a el sector inmobiliario mundial y en cuarto, casi empatado con el anterior, al sector inmobiliario español. El gobierno actual, y el anterior aparecen muy abajo, en la cola de los posibles causantes de la crisis. No culpan al gobierno ni a la oposición. ¡Es un análisis plenamente socialdemócrata!
¿Somos, entonces, un país socialdemócrata?
Desde hace 25 años, todas las encuestas sobre la posición política de los españoles arroja como resultado que este es un país de centro izquierda. Estas encuestas indican que si todos los españoles fueran coherentes al votar con lo que dicen políticamente, el PSOE gobernaría siempre.
¿Entonces? El español es pragmático y hay una cierta incapacidad del partido para capitalizar esa certeza estadística. Y es más llamativo aún porque el lugar donde sitúan al PSOE en un eje de izquierda y derecha es muy próximo al que sus votantes se colocan. En cambio, en el PP, los votantes se sitúan mucho más al centro y consideran a su partido escorado a la derecha, bastante alejado. Eso debería provocar que el votante del PP fuera más desafecto, pero no es así. Hay factores muy interesantes y, de alguna manera el PP ha tenido más habilidad para conquistar a su público potencial, y tenga en cuenta que hablamos de un país donde, con un 35% de los votos, ganas.
¿Pero no cree que el clima político ha mejorado? Se han dejado de hacer tonterías. Pero no se han reemplazado los malos hábitos. Como no hay liderazgo, hay ruido. Como en el caso Camps, Rita Barberá, las anchoas de Revilla… se echa de menos una voz responsable. O como ocurrió con el caso Garoña, cuya solución fue una ocurrencia.
En el PSOE dicen que Zapatero manda mucho en el partido. Es un caso de porosidad: en el partido había guerristas, renovadores, y Zapatero no era de ninguno de los grupos organizados, una vez que salió elegido ha laminado todo. Es una situación de non-entity, Zapatero en el PSOE no representaba nada, ningún grupo concreto, nadie conoce su cuerpo ideológico, su programa. En parte porque los programas no funcionan como un contrato, sino como una declaración de intenciones: esto es lo que haré si las cosas son favorables.
¿Y no cree que una parte de esa desconfianza hacia Zapatero es generacional? Después de todo, la generación precedente del PSOE a su vez laminó a otros. Ley de vida.
Sí, es un factor importante el generacional, y eso explica el fenómeno Tierno Galván, o el éxito de Pedro Solbes, que produzcan confianza. El caso es que la autoridad por la experiencia debe ser la autoritas, no la potestas.
En todo caso, unos y otros han llegado a un acuerdo en el País Vasco es dice algo del clima político. Es bueno para todos los partidos. Un partido hegemónico por más de 20 años no es sano, genera clientelismos, dependencias fuertes, por eso el cambio de gobierno en el País Vasco tiene un efecto higiénico. Es bueno el relevo y que no produzca un revanchismo como en la España del XIX.
¿A qué se refiere?
El lehendakari está teniendo problemas para encontrar independientes para su gobierno por las presiones del PNV. Es una reacción de mal perdedor y una clara falta de reflejos políticos. En cambio, el comportamiento hasta ahora del gobierno vasco no ha sido revanchista, López ha sabido ganar.
¿Existe el riesgo de que este gobierno, siguiendo su metáfora sobre higiene, sea el que limpie la sentina, e inmediatamente recupere el gobierno el PNV? Con matices, es lo ocurrido en Galicia, donde el triunfador ha sido un PP completamente renovado.
Sí, existe ese riesgo, pero lo mejor tras un periodo tan largo de hegemonía del PNV es que PSOE y PP gobiernen pensando en volver a ganar.
En cambio en la Justicia las cosas siguen más o menos donde las dejamos el año pasado, que parecía que iba a haber un cambio que no ha habido.
Mire, la Justicia está politizada allí donde puede estarlo sin causar daño, es decir, en el Consejo General del Poder Judicial. Lo que ocurre es que a la larga penetra una idea dañina en la clase judicial: que para hacer carrera no hace falta prestigio social, sino estar bajo el ala de algún partido. Un presidente de la Audiencia Provincial no se elige por méritos sino por aritmética política. Los jueces jóvenes aprenden que su carrera depende de no enemistarse con ningún partido. Y aún tiene un punto más peligroso.
Díga.
Es imprescindible que deje de renovarse al 100% el CGPJ, porque tal y como está la forma de nombramiento provoca el veto recíproco de los mejores.
¿Puede explicarlo? Sí, mire, cada partido veta al mejor de los que propone el rival, lo que provoca al final una selección negativa, el triunfo de los menos brillantes, lo que lo condena a la ineficacia."
Lo dicho, por fín alguien con lucidez!
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