10.2.09

Modi dictaminum



Ahora que se acerca el día de San Valentín -invento comercial no os confundáis- muchos querrán escribir una carta de amor. Pues mira por donde en Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, ha sido encontrado el libro más antiguo para aprender a escribir cartas de amor, un códice del siglo XII escrito por el clérigo Guido. Según el diario italiano 'La Repúbblica' unos investigadores de la universidad de Siena han encontrado el manuscrito en la Biblioteca Capitular de esta ciudad.

Algunos consejos
Primero: alabar la belleza de la amada.
Dichas recomendaciones van desde alabar la belleza de la amada comparándola con piedras preciosas hasta hacer referencia a versiones mitológicas de la pareja de enamorados, como Paris y Helena de Troya.
El autor aconseja también figuras retóricas que indiquen la incapacidad para expresar lo que se siente, como: "cuán profundamente te amo no podría expresarlo con palabras, ni aunque todos los miembros de mi cuerpo pudieran hablar".

Frases varias
Despedirse con "tantos saludos como peces hay en el mar" o "como flores trae el verano", referirse a la amada diciendo que "vuestra belleza sabe", "vuestra dulzura conoce" y "ya es conocido a vuestra nobleza" o hablar de los momentos felices con expresiones como "el ánimo no soporta tanta felicidad" son otros de los consejos del manual.

Pero no todo en él es puramente platónico, sino que se alude también al amor físico: besos, abrazos y deseo. Para ilustrar sus enseñanzas, el clérigo utiliza ejemplos, como ocurre con los manuales modernos, y muchos de ellos son parte de la correspondencia de los condes de Guidi, que en aquel momento dominaban parte del actual territorio de las regiones de Toscana y Emilia-Romaña.

Una de estas epístolas podría ser, según los estudiosos, la primera carta medieval de amor de que se tiene constancia. En ella, un noble de quien sólo se conoce que su nombre empezaba por 'G' escribe a su mujer, Imilde, desde la ciudad de Pisa.
"Tu afecto, amiga mía dulcísima, sabe que por el perfume de tu amor no me negaría a escalar montes o a atravesar a nado mares, e incluso afrontar peligros de muerte".

De nada chicos.