To be or not to be

El hombre tiende al orden, a lo conocido, al sistema establecido. Por eso es tan difícil cambiar las cosas. Recuerdo que hace años alguien me dijo: “si quieres conocer a una persona trata de cambiarla” Que gran verdad.

Las fiestas de Pascua han servido para comprobar las costumbres habituales de la mayoría. En primer lugar la salida masiva en coche que coloca a nuestro país en las cimas vergonzosas de los records de mortalidad y accidentes de circulación. Cambiar esta conducta parece empeño imposible. Ni multas, ni controles rigurosos por parte de la policía de tráfico consiguen paliar este problema.

Otros han encontrado solaz en la visita a exposiciones de muebles situadas a las afueras de la ciudad y donde las familias pueden pasar el día con los niños. Esta ocupación ha sublimado la antigua parada de las familias al borde de la carretera para hacer picnic. Los llamados domingueros.

Constatar todo esto me hace pensar que la clase política, a la que tanto criticamos, seguirá sin evolucionar ya que los votantes que los han de elegir se resisten al cambio y por tanto carecen de la fuerza suficiente para cambiar a quienes los representan.

Todo queda pues como siempre:

To be is to do. (Platón)...
To do is to be. (Descartes)...
To be do be do. (Sinatra)