Crucero por el Mediterráneo - y 9 -

...y 9. Regreso a Palma
A todo le llega su fin. Antes de la cena tuvimos que hacer las maletas ya que había que dejarlas delante del camarote antes de media noche y después de cenar teníamos la entrega de premios del torneo de bridge. Para la identificación y protección de las maletas nos procuraron unas etiquetas especiales. Una vez más quedó patente la buena organización de este crucero. Chapeau.



Tras el reparto de premios no pudimos resistir la tentación de ir a mover el esqueleto en una de las salas donde bailamos un rato a los sones de un combo bastante bueno.

Luego nuestros amigos propusieron ir al Casino tentación que habían resistido durante toda la semana. Y acabaron las vacaciones en la mesa del Black Jack en la que tuvieron la suerte de ganar. Esta vez me tocó a mi hacer el reportage gráfico.



De regreso al camarote pasamos por el teatro Broadway donde pudimos asistir a la 'apoteosis final' En general se puede decir que todas las actuaciones eran de mucha categoría. No daba la impresión de que ahorraban, al contrario, músicos, cantantes y bailarines eran auténticos profesionales. Para asegurar la variedad vimos que en algún puerto donde había otro barco de la misma compañía intercambiaban los grupos teatrales.

Y como nuestro avión rumbo Amsterdam salía muy tarde pasamos las últimas horas del último día de nuevo en Palma de Mallorca donde disfrutamos de un día soleado y de temperatura envidiable. Después de estar una semana sin televisión, ni periódicos, ni internet, te das cuenta que no se necesitan para nada, al contarrio, es condición para disfrutar aún más de las vacaciones.

Durante estas reflexiones se nos acercó un guitarrista callejero que dedicó a nuestras respectivas una rumba catalana. Inquirido por su nacionalidad -detecté acento sudaca- contestó: soy mallorquín porque soy de la tierra que me da de comer...